Contenido del curso
Monólogo
0/1
El banquete de Nadia
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Dogville
0/1
Formulario
0/1
Teatro
Acerca de las clases

ACTO II

EDUCACIÓN: ¡Qué están haciendo!

PEREZA: Ay, ya le cayó pupú al pastel. 

SUEÑO: Hola.

EDUCACIÓN: Se me van las dos, pero ya.

PEREZA: Uy, ya ni mi mamá. 

SUEÑO: Tú no tienes mamá, bueno, básicamente no, pero es lo que diría Nadia.

NADIA: ¿Yo?

EDUCACIÓN: Adiós, señoritas.

Salen por la izquierda Pereza y Sueño.

NADIA: ¿En qué puedo ayudarte?

EDUCACIÓN: ¿Tú a mí? En nada.

NADIA: Ok.

EDUCACIÓN: ¿Qué hora es?

NADIA: No sé, tarde, supongo.

EDUCACIÓN: Esa actitud no te va a llevar a ningún lado.

NADIA: Pues, no es como que esté planeando viajar.

EDUCACIÓN: Su sarcasmo es inadmisible. 

NADIA: Ay, ya, hablas bien raro. Incluso como falso.

EDUCACIÓN: Deberías estar en la escuela.

NADIA: No me cambies el tema, tu nombre suena raro, tu cabello está raro, bonito, pero raro, tu ropa es aburrida y rara. No sé, así como que no me da ganas de estar contigo.

EDUCACIÓN: No soy un personaje de entretenimiento, soy una necesidad.

NADIA: ¿Una necesidad?

EDUCACIÓN: El mundo me necesita.

NADIA: Habla como panfleto.

EDUCACIÓN: Hablo como debo de hablar.

NADIA: ¿Y qué pasaría si te digo que ya no quiero estudiar?

EDUCACIÓN: Eso no va a pasar.

NADIA: No inspiras a nadie.

EDUCACIÓN: ¿Tú crees?

NADIA: ¡Sí!

EDUCACIÓN: (Nerviosa) Bueno, ese no es el tema. No fuiste a la escuela.

NADIA: Sí. No quise ir a la escuela.

EDUCACIÓN: ¿Por qué?

NADIA: Aparecieron ustedes y todo cambió.

EDUCACIÓN: ¿Todo cambió?

NADIA: Bueno, físicamente no, pero mentalmente, pues, cómo te digo, no estoy acostumbrada a que se me aparezcan las responsabilidades en forma de personajes en mi cocina y me den sermones de porqué son buenas y debo hacerlas.

EDUCACIÓN: Entiendo.

NADIA: ¿En serio? ¿O vas a decir que está bien lo que digo, pero debo ponerme a estudiar?

EDUCACIÓN: No.

NADIA: ¿Entonces qué piensas?

EDUCACIÓN: Son cambios.

NADIA: Sí, pero no es como que todas las chicas de mi edad anden en su cocina hablando solas con seres imaginarios.

EDUCACIÓN: Ok.

NADIA: Además, si algo como esto está pasando, tal vez no tenga futuro en la escuela.

EDUCACIÓN: ¿Cómo?

NADIA: Sí, si estoy loca y hablo con seres que he creado por alguna razón extraña, pues no se oye que tendré buen futuro.

EDUCACIÓN: Ok.

NADIA: ¿Qué?

EDUCACIÓN: ¿De qué o qué?

NADIA: Estás muy callada.

EDUCACIÓN: Te estoy escuchando.

NADIA: (Con ojos de sospecha) Entonces, si ya empecé esta mañana a estar loca, qué caso tiene estudiar para el futuro. No hay futuro.

EDUCACIÓN: Ok.

NADIA: ¡Maldita, vieja!

EDUCACIÓN: Señorita. 

NADIA: Es que no reaccionas. Tu “ok” parece un acto condescendiente.

EDUCACIÓN: Lo es.

NADIA: ¿Qué?

EDUCACIÓN: Lo que escuchaste.

NADIA: Qué grosera… Sabías que…

EDUCACIÓN: (Interrumpe) Shh, silencio, es mi turno.

NADIA: ¿De qué?

EDUCACIÖN: Shh.

NADIA: Ok.

EDUCACIÓN: Shh… Ya que terminaste de llorar. Ahora sí debes saber que no vas muy bien en Literatura Mexicana. 

NADIA: No voy a estudiar.

EDUCACIÓN: Lo vas a hacer.

NADIA: No, ya no voy a estudiar.

EDUCACIÓN: Deja de comportarte como una niña berrinchuda y ve por tus libros.

NADIA: No puedes obligarme a nada, no existes.

EDUCACIÓN: En ese caso, no dejaré tu mente.

NADIA: Sabes, en un momento, yo pensé que en verdad querías escucharme.

EDUCACIÓN: ¿Yo a ti?

NADIA: Ves, es imposible tratar contigo.

EDUCACIÓN: No terminas de entender que yo estoy para ayudarte. 

NADIA: No terminas de comprender que te llames Educación y no tienes idea de qué es enseñar. 

EDUCACIÓN: Sólo eres una adolescente berrinchuda y consentida.

NADIA: Ah, ahora también consentida.

EDUCACIÓN: No tienes idea de lo que te espera allá afuera en el mundo.

NADIA: ¡Qué flojera! Otra vez ahí vas con tus sermones de la vida. Ya cámbiale. 

EDUCACIÓN: (Suspira) Ve por tu libro y tu cuaderno.

NADIA: No.

EDUCACIÓN: Ve por tu libro y tu cuaderno.

NADIA: No enseñas, obligas. Das hueva.

EDUCACIÓN: Libro y cuaderno.

NADIA: Te cuento tres, Ja, ja, ja. Pareces mamá de los años noventa. 

EDUCACIÓN: Son como obras no terminadas de la naturaleza.

NADIA: ¿Qué?

EDUCACIÓN: Ustedes.

NADIA: ¿Quiénes?

EDUCACIÓN: Los adolescentes. 

NADIA: Bueno, lo adolescente se me va a quitar, pero la gran ironía de que te llames Educación y no sepas enseñar nunca desaparecerá.

EDUCACIÓN: Es imposible hablar contigo.

Sale Educación por la izquierda y entra secretario con Cuidado por la derecha. 

SECRETARIO: Nadia, ya que no fuiste a la escuela, se nos ocurrió que podemos aprovechar el tiempo con Cuidado.

CUIDADO: Ahora sí, vamos a continuar donde nos quedamos.
NADIA: Ay, no.

CUIDADO: ¡Qué!

NADIA: No quiero.

CUIDADO: A ver, no es de que quieras, es una necesidad.

NADIA: Lo mismo dijo la otra.

CUIDADO: ¿Qué?

NADIA: La china de la Educación.

SECRETARIO: Ja, ja, ja. Sí, está china.

CUIDADO: Secretario, gobiérnate. 

SECRETARIO: Ya, pues.

NADIA: Ustedes sólo se aparecen y decretan qué tengo qué hacer. Soy un humano ¿Sabes?

CUIDADO: Tienes razón.

NADIA: Ves.

CUIDADO: Sí, tienes razón.

NADIA: Entonces no deberían venir a imponer.

CUIDADO: Nosotros sólo queremos lo mejor para ti.

NADIA: ¿Qué es lo mejor para mí?

CUIDADO: Lo que nosotros decimos.

NADIA: ¿Por qué si sólo son producto de mi imaginación?

CUIDADO: Sí, es verdad, pero somos una parte dentro de ti que ha guardado la cordura y sabe lo que se debe de hacer.

NADIA: De dónde lo saqué, según tú, que después lo guardé.

CUIDADO: Conversaciones, experiencias, telenovelas.

NADIA: ¿Telenovelas?

CUIDADO: Sí, las veías de pequeña con tu mamá.

NADIA: Qué asco.

CUIDADO: Lo sé.

NADIA: Por eso tal vez ustedes hablan así como dramático.

CUIDADO: Eso y también que tal vez eres un poco así.

NADIA: ¿Qué?

CUIDADO: Nada, mejor vamos a continuar.

NADIA: ¿Me estás diciendo exagerada? 

CUIDADO: Pues dices que ya no quieres estudiar y que todo está mal y que el mundo es horrible.

NADIA: ¿Me estabas espiando?

CUIDADO: No, estaba allí, recuerda que estamos en tu cabeza.

NADIA: Qué horrible. De todo lo que pude imaginar mi mente creo a teletubbies que pueden hablar.

SECRETARIO: Ja, ja, ja. 

CUIDADO: Secretario, gobiérnate.

SECRETARIO: Es que ese sí estuvo bueno.

CUIDADO: Tü también estás incluido.

SECRETARIO: Oh, bueno.

NADIA: Tengo una petición.

CUIDADO: Dime.

NADIA: Que desaparezcan todos. Cómo puedo lograr eso.

CUIDADO: Hasta que cumplamos el objetivo nos iremos.

SECRETARIO: Tiene razón.

NADIA: ¿Esto le pasa a todas las personas?

CUIDADO: No lo sé.

SECRETARIO: Yo tampoco.

NADIA: Otra duda.

CUIDADO: ¿Sí?

NADIA: ¿Mañana qué diré en la escuela? 

CUIDADO: ¿Sobre qué?

NADIA: Sí, de que falté. Diré que, ah, no vine porque se aparecieron unos personajes ñoños que decían que querían lo mejor para mí, ah, no, no son mi familirias ni nada, son unos monos que inventó mi cabeza, pero en realidad estaba hablando sola.

SECRETARIO: Ja, ja, ja.

CUIDADO: Secretario.

SECRETARIO: Ya sé, me estoy tratando de gobernar, pero parezco México. Me dejo influir fácilmente por el vecino.

NADIA: Ah, mira, el Secretario sabe de política.

CUIDADO: Ya perdimos mucho tiempo. Quiero verte calentando.

NADIA: No.

CUIDADO: ¿Qué?

NADIA: No lo voy a hacer.

CUIDADO: A calentar.

NADIA: No.

CUIDADO: A calentar.

NADIA: Tú no me mandas.

CUIDADO: Pero tu mamá sí y dijo que te pusieras a hacer ejercicio.

NADIA: Dile a mi mamá que venga a ver si es cierto.

SECRETARIO: ¿Estás retando a tu mamá?

NADIA: No, sí, no. Bueno, no le digas nada. Pero no lo voy a hacer.

CUIDADO: Necesitamos que trabajes esas piernas.

NADIA: ¿Qué?

CUIDADO: Sí, te vas a romper.

NADIA: No, bueno, ya hasta criticona me saliste.

CUIDADO: Quiero lo mejor para ti.

NADIA: ¿Y qué tal si lo mejor no es hacer ejercicio en este momento?

CUIDADO: Sí lo es.

NADIA: ¿Por qué?

CUIDADO: Típica adolescente. 

NADIA: ¿Qué?

CUIDADO: Cuestionas todo sólo por desafiar.

NADIA: Yo sólo quiero comprender. Vienen aquí y dicen como pericos “quiero lo mejor para ti” y luego no sé ni por qué. Además, ya me está cansando su menosprecio por ser adolescente, o sea, sí tengo cambios de humor y todo, pero no soy una subespecie humana.

SECRETARIO: Ja, ja, ja.

CUIDADO: Secretario.

SECRETARIO: Es que tiene talento para el stand up.

NADIA: Gracias.

SECRETARIO: De nada.

CUIDADO: Mira, es imposible trabajar así.

NADIA: Vete entonces.

CUIDADO: Pero debes saber una cosa.

NADIA: No, gracias, vete ya.

Entra Pereza, Limpieza por la derecha. Sale Cuidado por la izquierda.

PEREZA: Si no encuentras motivo.

SECRETARIO: Para seguir conmigo.

PEREZA: Para qué continuar.

LIMPIEZA: Hola, bebé.

NADIA: Hola, Limpieza.

LIMPIEZA: Qué onda con estos dos, hacen que se ponga corriente el ambiente. 

NADIA: Ya sé. 

PEREZA: Cuidadito, rosita fresita.

SECRETARIO: Ya se fue.

PEREZA: ¿Quién?

SECRETARIO: Cuidado.

NADIA: ¿Qué haces aquí, Limpieza?

LIMPIEZA: Lo mismo que los demás.

NADIA: Ok, ya, viene a obligarme a hacer algo.

LIMPIEZA: Algo así, bebé, después de ejercitarte, la recomendación es ducharte.

NADIA: Bueno, hay una ventaja.

LIMPIEZA: ¿Cuál?

NADIA: No hice ejercicio, entonces, no me toca baño.

SECRETARIO: Bueno, pero hace rato sí saltó.

NADIA: Secretario, gobiérnate.

PEREZA: No, no manches, a ti no te sale. 

LIMPIEZA: Yo no te voy a obligar a nada que no quieras hacer, bebé. Yo sólo estoy aquí para dar recomendaciones.

NADIA: Tú me caes… Bebé. 

Limpieza: Bueno, tampoco es para que seas tan grosera.

NADIA: No, no fue mi intención.

PEREZA: No, sí fue. Es venenosa a veces.

NADIA: A ti quién te mandó a traer.

PEREZA: Yo vine sola.

SECRETARIO: Sí, ella vino sola.

NADIA: Y por qué tú no te fuiste (a Secretario).

SECRETARIO: Ah, pues, estaba bueno en cotorreo.

PEREZA: Exacto, es lo que debemos hacer.

LIMPIEZA: A mí ustedes no me caen bien.

PEREZA: No te preocupes, tú a mí me eres indiferente, pero igual te incluyo.

SECRETARIO: La Pereza no discrimina.

PEREZA: Obvio.

LIMPIEZA: (A Nadia) Sabes qué, hay un cloro que está caro, pero es muy bueno para desinfectar. 

NADIA: ¿Ah, sí?

LIMPIEZA: Sí, también el olor es fuerte, es de esos que te deja la casa con aliento.

PEREZA: ¿Es en serio que están hablando de cloro?

NADIA: Cómo se llama.

LIMPIEZA: Clorosol. Lo encuentras en cualquier tienda de autoservicio. 

SECRETARIO: Sí, parece que es en serio.

NADIA: ¿Pero entonces dejo la casa oliendo a cloro?

PEREZA: Va a parecer hotel.

SECRETARIO: Aquí sí aplica la de Pereza, gobiérnate.

LIMPIEZA: Ajá, pero fíjate que hay una discusión sobre eso.

NADIA: ¿Sobre que parece hotel?

LIMPIEZA: Ay, no, bebé, qué corriente.

PEREZA: Ja, ja, ja. Se lo imaginó.

SECRETARIO: Ja, ja, ja.

LIMPIEZA: Yo me refiero a que si después de que se seque el cloro, ahora sí le das una pasada con algún aromatizante.

NADIA: ¿No se puede sólo el aromatizante?

LIMPIEZA: No, porque no desinfecta, sólo embarrarías gérmenes que huelen rico. 

NADIA: ¿Y no se pueden los dos juntos?

LIMPIEZA: Pudiera ser. La verdad es que desconozco. Yo sólo sé que lo recomendable es como te digo.

NADIA: ¿Y quieres que lo haga ahora?

LIMPIEZA: No, por quién me tomas, yo sólo te lo comentaba.

PEREZA: Uy, esa estuvo ruda, Limpieza.

LIMPIEZA: Tú también deberías tomar una ducha (a Pereza).

PEREZA: No, yo soy igual que Nadia, hago lo que quiero.

NADIA: No sé si somos realmente iguales.

SECRETARIO: Uy, esa estuvo ruda, Pereza.

PEREZA: Ja, ja. Ya sé, ahorita me desquito.

NADIA: ¿Ustedes no tienen nada qué hacer? (a Pereza y Secretario)

PEREZA: Yo sí, estar aquí.

SECRETARIO: Sí, bueno, debería estar checando tus horarios.

LIMPIEZA: Yo no sé de dónde los sacaste.

NADIA: Ya sé, si así es mi mente, es súper raro ver que así es mi mente.

LIMPIEZA: Mira, pero no todo está perdido.

NADIA: Por qué.

LIMPIEZA: Me tienes a mí, bebé, obvio.

PEREZA: Ja, ja, ja. Aplicó la de, no todo lo que brilla es oro.

SECRETARIO: ¿Entonces?

PEREZA: A veces soy yo. 

SECRETARIO: Ja, ja, ja.

LIMPIEZA: Ríanse si quieren, pero saben que es cierto.

NADIA: Bueno, bueno, pero a ver, explícame una cosa.

LIMPIEZA: Dime.

NADIA: Por qué si todos ustedes están en mi cabeza, por qué son tan diferentes.

LIMPIEZA: No lo sé, me imagino que tal vez se cumple el dicho de que cada cabeza es un mundo.

NADIA: Puede ser:

LIMPIEZA: Pero de algo sí estoy seguro.

NADIA: De qué.

LIMPIEZA: No es grosería, pero yo no soy el indicado para tener este tipo de conversaciones.

NADIA: Ya sé, pero…

LIMPIEZA: Qué.

NADIA: Es que eres el único que me escucha. 

LIMPIEZA: Y también te hablo de cosas de limpieza que a veces están de hueva.

PEREZA: ¡Confirmo!

SECRETARIO: ¡Por dos!

LIMPIEZA: Pero si quieres mando a traer a Responsabilidad Afectiva.

NADIA: No sé, es que también habla como panfleto.

LIMPIEZA: Es lo más cercano que tenemos a un especialista.

NADIA: Bueno, pues si no hay de otra.

 

Limpieza se lleva al Secretario y a Pereza y salen por la izquierda. Entra Responsabilidad Afectiva.

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