Literatura Universal
Acerca de las clases

Fecha:

Tema: la intención literaria: quién escribe.

Objetivo: comprender la importancia de la autoría.

 

Actividad 1. Mensaje.

¿Cómo tomaría la gente el mensaje?

1. «La grandeza de una persona se mide por la huella que deja en el mundo.»

2. Coca Cola: «El futuro depende de lo que hagamos en el presente».

3. Narcotraficante: «La única manera de hacer un gran trabajo es amar lo que haces.»

4. Carlos Slim a un vendedor de Sanborns: «No importa lo lento que vayas, mientras no te detengas.»

5. Enrique Peña Nieto: «No dejes que lo que no puedes hacer interfiera con lo que puedes hacer.»

 

Actividad 2. Importancia.

«La noche estrellada» (1888) de Vincent Van Gogh.

– Título: 

– Contexto histórico:

– Estilo: 

– Influencias: 

– Temas:

– Conexiones con otras obras:

– Interpretación: 

Actividad 2. Análisis.

5510

Santa Teresa de Jesús

Vivo sin vivir en mí

 

 

Vivo sin vivir en mí,

y de tal manera espero,

que muero porque no muero.

 

Vivo ya fuera de mí

después que muero de amor;

porque vivo en el Señor,

que me quiso para sí;

cuando el corazón le di

puse en él este letrero:

que muero porque no muero.

 

Esta divina prisión

del amor con que yo vivo

ha hecho a Dios mi cautivo,

y libre mi corazón;

y causa en mí tal pasión

ver a Dios mi prisionero,

que muero porque no muero.

 

¡Ay, qué larga es esta vida!

¡Qué duros estos destierros,

esta cárcel, estos hierros

en que el alma está metida!

Sólo esperar la salida

me causa dolor tan fiero,

que muero porque no muero.

 

¡Ay, qué vida tan amarga

do no se goza el Señor!

Porque si es dulce el amor,

no lo es la esperanza larga.

Quíteme Dios esta carga,

más pesada que el acero,

que muero porque no muero.

 

Sólo con la confianza

vivo de que he de morir,

porque muriendo, el vivir

me asegura mi esperanza.

Muerte do el vivir se alcanza,

no te tardes, que te espero,

que muero porque no muero.

 

Mira que el amor es fuerte,

vida, no me seas molesta;

mira que sólo te resta,

para ganarte, perderte.

Venga ya la dulce muerte,

el morir venga ligero,

que muero porque no muero.

 

Aquella vida de arriba

es la vida verdadera;

hasta que esta vida muera,

no se goza estando viva.

Muerte, no me seas esquiva;

viva muriendo primero,

que muero porque no muero.

 

Vida, ¿qué puedo yo darle

a mi Dios, que vive en mí,

si no es el perderte a ti

para mejor a Él gozarle?

Quiero muriendo alcanzarle,

pues tanto a mi Amado quiero,

que muero porque no muero.

 

5520

San Juan de la Cruz

En una noche oscura

 

 

 

En una noche oscura,

con ansias, en amores inflamada,

¡oh dichosa ventura!,

salí sin ser notada

estando ya mi casa sosegada.

 

A oscuras y segura,

por la secreta escala, disfrazada,

¡oh dichosa ventura!,

a oscuras y en celada,

estando ya mi casa sosegada.

 

En la noche dichosa,

en secreto, que nadie me veía,

ni yo miraba cosa,

sin otra luz y guía

sino la que en el corazón ardía.

 

Aquésta me guiaba

más cierto que la luz de mediodía,

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía,

en parte donde nadie parecía.

 

¡Oh noche que guiaste!

¡oh noche amable más que el alborada!

¡oh noche que juntaste

Amado con amada,

amada en el Amado transformada!

 

En mi pecho florido,

que entero para él solo se guardaba,

allí quedó dormido,

y yo le regalaba,

y el ventalle de cedros aire daba.

 

 El aire de la almena,

cuando yo sus cabellos esparcía,

con su mano serena

en mi cuello hería

y todos mis sentidos suspendía.

 

Quedéme y olvidéme,

el rostro recliné sobre el Amado,

cesó todo y dejéme,

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.

 

 

5530

Fray Luis de León

Oda VII – Noche Serena

 

 

Cuando contemplo el cielo

de innumerables luces adornado,

y miro hacia el suelo

de noche rodeado,

en sueño y en olvido sepultado,

 

el amor y la pena

despiertan en mi pecho un ansia ardiente;

despiden larga vena

los ojos hechos fuente;

Loarte y digo al fin con voz doliente:

 

«Morada de grandeza,

templo de claridad y hermosura,

el alma, que a tu alteza

nació, ¿qué desventura

la tiene en esta cárcel baja, escura?

 

¿Qué mortal desatino

de la verdad aleja así el sentido,

que, de tu bien divino

olvidado, perdido

sigue la vana sombra, el bien fingido?

 

El hombre está entregado

al sueño, de su suerte no cuidando;

y, con paso callado,

el cielo, vueltas dando,

las horas del vivir le va hurtando.

 

¡Oh, despertad, mortales!

Mirad con atención en vuestro daño.

Las almas inmortales,

hechas a bien tamaño,

¿podrán vivir de sombra y de engaño?

 

¡Ay, levantad los ojos

aquesta celestial eterna esfera!

burlaréis los antojos

de aquesa lisonjera

vida, con cuanto teme y cuanto espera.

 

¿Es más que un breve punto

el bajo y torpe suelo, comparado

con ese gran trasunto,

do vive mejorado

lo que es, lo que será, lo que ha pasado?

 

Quien mira el gran concierto

de aquestos resplandores eternales,

su movimiento cierto

sus pasos desiguales

y en proporción concorde tan iguales;

 

la luna cómo mueve

la plateada rueda, y va en pos della

la luz do el saber llueve,

y la graciosa estrella

de amor la sigue reluciente y bella;

 

y cómo otro camino

prosigue el sanguinoso Marte airado,

y el Júpiter benino,

de bienes mil cercado,

serena el cielo con su rayo amado;

 

-rodéase en la cumbre

Saturno, padre de los siglos de oro;

tras él la muchedumbre

del reluciente coro

su luz va repartiendo y su tesoro-:

 

¿quién es el que esto mira

y precia la bajeza de la tierra,

y no gime y suspira

y rompe lo que encierra

el alma y destos bienes la destierra?

 

Aquí vive el contento,

aquí reina la paz; aquí, asentado

en rico y alto asiento,

está el Amor sagrado,

de glorias y deleites rodeado.

 

Inmensa hermosura

aquí se muestra toda, y resplandece

clarísima luz pura,

que jamás anochece;

eterna primavera aquí florece.

 

¡Oh campos verdaderos!

¡Oh prados con verdad frescos y amenos!

¡Riquísimos mineros!

¡Oh deleitosos senos!

¡Repuestos valles, de mil bienes llenos!».

 

 

 

 

Poesía mística medieval española

LA MÍSTICA: la palabra mística deriva del adjetivo latino “mysticus””, que a su vez procede del griego “mystikós”” y significa “relativo a los misterios religiosos”. La mística se refiere a una práctica interior del aspecto religioso que supera y escapa a la posibilidad de una explicación racional, doctrinal o dogmática; es una experiencia extrema. -En la literatura, la mística es un movimiento que parte de la experiencia del alma, despojada del apego terrenal, que busca la presencia divina.
Nació en Belmonte de la Mancha (Cuenca) en 1527, en el seno de una familia de intelectuales. Desde los 14 años residió en Salamanca y al cumplir los 17 profesó con los agustinos. Su biografía estuvo siempre marcada por las luchas que mantiene su orden con la de los dominicos por el control de la universidad. Cuando en 1561 obtuvo la cátedra de teología, reventaron los enfrentamientos y batallas entre los distintos monjes. Su mucho saber en materia bíblica le granjeó considerable prestigio, pero esto era denostado y tergiversado por los prepotentes dominicos para causarle problemas; a ello se sumó su temperamento inquieto y batallador que los dejaba bien rabiosos y escocidos. Por fin sus antagonistas encontraron su ansiado resarcimiento y le acusaron ante la Inquisición por desobedecer el mandato del reciente Concilio de Trento al preferir usar el texto hebreo de la Biblia frente a la Vulgata, la traducción latina de san Jerónimo (siglo V). Y encima por haberse atrevido a traducir a lenguas vulgares como el castellano el sacrosanto Cantar de los cantares, cuando se había prohibido la traducción de los libros bíblicos a las lenguas vulgares. El se justificó aludiendo a que su traducción era privada y jamás publicada, y que su preferencia por la biblia hebrea era una cuestión puramente filológica y nunca jamás por rebelión contra la entonces Magna Iglesia Católica. Con todo le apresaron en las Magnas y muy Lúgubres Cárceles de la Inquisición de Valladolid desde marzo de 1572 a finales de 1576. Sus detractores lo festejaban y ridiculizaban también por tener antecedentes judíos. Cuando fue absuelto, para gran disgusto de sus facinerosos detractores, volvió a la universidad, donde siguió dedicado a sus estudios bíblicos y teológicos, y echando por tierra a los dominicos. Murió en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) en 1591, poco después de, que encima, fuera nombrado provincial de su orden en Castilla. Ningún dominico asistió a su entierro.
Teresa de Cepeda y Ahumada nace en Ávila en 1515. En 1537 profesó con las carmelitas. A pesar de su mala salud, agravada por los rigurosos ejercicios ascéticos a que se somete, también fue una batalladora incansable que intentó reformar la ya anquilosada y algo corrompida orden carmelitana, y así devolverla al rigor de los primeros tiempos. Esta tarea le acarreó un sinfín de sinsabores y la también la enfrentó a las autoridades religiosas. En 1562 fundó el convento reformado de San José de Ávila, al que siguen otros muchos en Castilla y Andalucía. Su tenacidad le permitió vencer los obstáculos. Contó también con el apoyo de su director espiritual y de Fray Luis de León, así como de los jesuitas, quienes veían en los ideales de reforma de Teresa de Jesús un apoyo contra la reforma protestante y de acuerdo a los ideales de la Contrarreforma. También contó con la ayuda de un joven fraile carmelita, San Juan de la Cruz, quien no sólo apoyó a Santa Teresa, sino que también inició la reforma de los Carmelitas Descalzos. Finalmente, mediante intercesión del rey de España Felipe II, el Papa autorizó la reforma. Teresa de Jesús detalla su lucha en pro de la reforma y la creación de nuevos conventos (17 durante su vida), en su Libro de las fundaciones (1580). Murió en Alba de Tormes (Salamanca) en 1582. A cuyo funeral tampoco asistieron su antigua priora ni sus antagonistas que mucho se disgustaron al enterarse del proceso de su canonización que culminó en 1622.
Juan de Yepes y Álvarez, que es su nombre de seglar, nació en 1542 en Fontiveros (Ávila), en el seno de una familia humilde. Desde la infancia se vio obligado a desempeñar diversos oficios. Pese a ello, sacó adelante sus estudios. A los 21 años también ingresó en la orden del Carmelo. En su trayectoria vital fue decisivo su encuentro con santa Teresa de Jesús, y así también se hizo batallador como ella, hicieron de la empresa reformadora un objetivo a todas todas. Sufrió toda clase de persecuciones por parte de los carmelitas “calzados”, que se oponían a los “descalzos” o reformados. Desde 1568 fundó varios conventos en Castilla y Andalucía, siempre en medio de graves conflictos. Estas tensiones llegaron a su punto culminante cuando en 1577 los “descalzos” lo raptaron y encerraron en Toledo en una estrechísima celda de la que logró escapar nueve meses más tarde. Desempeñó cargos de importancia. No tuvo ni un momento de paz, ni siquiera a la hora de su muerte, que acaeció en el convento de La Peñuela, en Jaén, en 1591, rodeado de una fría hostilidad. Llama poderosamente la atención el hecho de que san Juan pudiera compaginar su ajetreada vida con el recogimiento espiritual que requerían sus experiencias místicas. En medio de constantes idas y venidas, fundaciones y tareas encomendadas por su orden, logró alcanzar el sosiego necesario para acceder a las más altas cimas de la unión con Dios. Pero a su funeral tampoco acudieron los calzados ni siquiera para calzarle en el féretro.

 

 

Actividad 3. Palabras clave.

– Autor: 

– Mensaje: 

– Intención: 

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